SINONIMOS Y ANTONIMOS
Cuando decimos que dos palabras son sinónimas nos estamos refiriendo a que entre ellas existe una relación de igualdad de significado, es decir, que ambas pueden ser empleadas para expresar una misma cosa. Por ejemplo, mujer y esposa se emplean en muchas ocasiones para decir lo mismo, al igual que contento y feliz.
Los sinónimos se pueden utilizar indistintamente en cualquier tipo de contexto. Letal – mortífero
cohecho – soborno, fatiga – cansancio
labriego – labrador,
impoluto – inmaculado
Son sólo algunos ejemplos más de situaciones en las que da igual emplear una palabra u otra, pues con cualquiera de ellas expresamos lo mismo.
Sin embargo, los sinónimos no son intercambiables en todos los contextos. Podemos decir que una reunión fue pesada, y que una reunión fue aburrida, sin variar ni un ápice el significado. Pero, si nos referimos a una maleta, podríamos decir que esa maleta es pesada, pero en ningún caso podríamos decir que es aburrida. Una de las grandes utilidades de los sinónimos –además de permitirnos enriquecer nuestro mensaje- es que podemos emplear la expresión más adecuada a cada situación comunicativa. Por ejemplo, diríamos ebrio en nivel culto; borracho en un contexto coloquial. En el castellano existen dos tipos de sinónimos; los totales y los parciales:
Sinónimos totales , que son palabras que tienen el mismo significado en
todos los contextos lingüísticos, como "micrón" y "micra", dejando aparte consideraciones terminológicas.
Sinónimos parciales , palabras que tienen el mismo significado en muchos
contextos lingüísticos pero no en todos, como en el caso de coche y automóvil: así, podemos decir "Mi padre subió a un automóvil" o "Mi padre subió a un coche", pero aunque podemos decir "La locomotora arrastraba tres coches" no podemos decir "La locomotora arrastraba tres automóviles". Por el contrario, la antonimia es un tipo de relación semántica que se establece entre palabras que poseen significados totalmente contrarios, como bueno – malo, frío – calor, o alto – bajo.
Se pueden distinguir hasta tres tipos de antónimos:
Los antónimos graduales son aquellos entre los que se puede establecer una gradación, como:
grande – pequeño
bueno – malo.
Aunque grande y pequeño son contrario contrarios, s, entre ellos algo puede ser mediano, como entre bueno y malo puede ser regular.
Los antónimos complementarios son aquellos entre los que no es posible establecer gradación alguna. Ocurre, por ejemplo:
vivo – muerto
sano – enfermo.
O se está vivo, o se está muerto. O se está sano, o se está enfermo.
Los antónimos recíprocos se dan en aquellos casos en los que la existencia de un término implica, forzosamente, la del otro:
padre – hijo
comprar – vender
Si alguien es padre, alguien tiene que ser hijo. Si alguien compra, alguien vende.