ALMENDRA GARCIA G. IRENE SANO
PEDIATRIA DEL NIÑO
TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD (TDAH) El trastorno por déficit de atención es una alteración neuropsicológica crónica manifiesta desde la niñez. Se le considera un trastorno neurobioquímico cerebral que afecta el metabolismo de los neurotransmisores y repercute en las áreas cognitivas, conductuales y familiares. Aunque es un problema genético, en su cuadro clínico también influyen factores psicológicos, familiares y ambientales. El TDAH se presenta en 5 a 12% de los niños en edad escolar. Es más frecuente en varones (3:1): la relación hombre-mujer en edad pediátrica es 5:1, y en adultos, 2:1. También es más frecuente entre familiares que padecen el trastorno que en la población general. Se calcula que en México 1.5 millones de personas lo padecen, de las cuales 1 millón son adolescentes y adultos. El TDAH es una alteración genéticamente heredada, quizá poligénica, tal como lo demuestra el estudio de varios genes involucrados, como el DRD4, DAT, DRD5, etc. Las regiones cerebrales vinculadas con el TDAH son: corteza prefrontal (derecha), parietal, giro cingulado, locus ceruleus, estructura límbica, ganglios basales, tálamo y la formación reticular. También hay una participación bioquímica notable de las vías dopaminérgicas y noradrenérgicas. Son varios los factores de riesgo para padecer el problema. Entre ellos, los biológicos son: • Factores perinatales: bajo peso tabaquismo durante el embarazo
al
nacer,
parto
prematuro
y
• Antecedentes familiares: psicopatología en los padres • Lesiones en el sistema nervioso central: neuroinfecciones, trauma, hipoxia • Intoxicación por plomo Los factores ambientales de riesgo son los siguientes: • Cuidados institucionales tempranos
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• Patrones de crianza y establecimiento de límites • Disfunción o desintegración familiar o social • Adversidad psicosocial. No hay una prueba única para diagnosticar el TDAH; además, muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y ciertos tipos de discapacidades del aprendizaje pueden presentar síntomas similares. Para ayudar a diagnosticar el TDAH, los profesionales de salud mental usan la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5)1de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. El estándar de diagnóstico ayuda a que las personas reciban un diagnóstico y tratamiento para el TDAH adecuadamente. La utilización del mismo estándar en todas las comunidades ayudará a determinar cuántos niños tienen el TDAH y el impacto de este trastorno en la salud pública. Las principales características del TDAH son:
Falta de atención
Hiperactividad
Impulsividad
Con base en los tipos de síntomas, es posible presentar tres clases de TDAH: Combinado: si se ha presentado suficientes síntomas de tanto el criterio de falta de atención como el de hiperactividad impulsiva en los últimos seis meses. Predominantemente inatento: si ha presentado falta de atención, pero no se ha presentado hiperactividad compulsiva en los últimos seis meses. Predominantemente
hiperactivo
impulsivo:
si
ha
presentado
suficientes síntomas de hiperactividad impulsiva, pero no ha tenido falta de atención en los últimos seis meses.
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Debido a que los síntomas pueden cambiar con el tiempo, también es posible que con el tiempo cambie el tipo. Opciones de tratamiento del TDAH:
Medicamentos
Estrategias de intervención conductual
Entrenamiento de los padres
TDAH y la escuela
Medicamentos Los medicamentos pueden ayudar a un niño con TDAH en su vida cotidiana y constituir una parte valiosa de su tratamiento. Los medicamentos son una opción para ayudar a controlar mejor algunos problemas de comportamiento que en el pasado le han ocasionado conflictos con la familia, los amigos y en la escuela. Hay distintos tipos de medicamentos para tratar el TDAH:
Estimulantes: Son los más conocidos y los más utilizados en los tratamientos. Entre el 70 y el 80 por ciento de los niños con TDAH reacciona de manera positiva a estos medicamentos.
Medicamentos no estimulantes: Fueron aprobados para el tratamiento del TDAH en el 2003. Parecen tener menos efectos secundarios que los estimulantes y su efecto puede durar hasta 24 horas.
Los medicamentos afectan de manera distinta a los niños, por lo que un niño puede reaccionar bien a un medicamento mientras que otro no. Para determinar el mejor tratamiento, es posible que el médico pruebe medicamentos y dosis distintas, por lo que es importante mantener una colaboración cercana con el pediatra del niño para identificar el medicamento que mejor le funcione.
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TERAPIA CONDUCTUAL Las investigaciones demuestran que la terapia conductual es una parte importante del tratamiento de los niños con TDAH. Este trastorno no solo afecta la capacidad de un niño para poner atención o permanecer sentado en la escuela, sino que también afecta sus relaciones con la familia y su rendimiento académico. La terapia conductual es otra opción de tratamiento que puede ayudar a minimizar estos problemas en los niños y debe comenzarse tan pronto como se haga el diagnóstico. Estos son algunos ejemplos que pueden servirle durante la terapia conductual de su niño:
Cree una rutina. Intente apegarse a un mismo horario de actividades todos los días, desde que se levantan hasta que se acuestan.
Organícese: Coloque las mochilas para el colegio, la ropa y los juguetes en el mismo lugar todos los días para que sea menos probable que su hijo los pierda.
Evite las distracciones. Apague la TV, la radio y la computadora, especialmente cuando su niño esté haciendo la tarea.
Limite las opciones. Dele a escoger entre dos cosas (esta ropa, comida, juguete, etc. o la otra) para que su niño no se sienta abrumado ni sobre estimulado.
Cambie la forma en que interactúa con su niño. En lugar de largas explicaciones o de intentar engatusarlo, dele instrucciones claras y breves para recordarle sus responsabilidades.
Póngale metas y prémielo. En una tabla ponga una lista de las metas y hágale un seguimiento a las buenas conductas premiando sus esfuerzos. Asegúrese de que las metas sean realistas, ¡los pasos pequeños son importantes!
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Ejerza una disciplina eficaz. En lugar de gritos y nalgadas, déjelo castigado sin que pueda hacer nada que lo divierta o quítele permisos como consecuencia de un comportamiento inadecuado.
Ayude a su niño a descubrir sus talentos. Todos los niños necesitan experimentar logros para sentirse bien con ellos mismos. Descubrir las habilidades de su hijo, sea en los deportes, el arte o la música, puede fomentar sus destrezas sociales y autoestima.
BIBLIOGRAFIA -PEDIATRIA DE TREVIÑO.SEGUNDA EDICION. EDITORIAL MCGRAW-HILL PAG:136-141 -http://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/adhd/diagnosis.html