SANTA CRUZADA DE LAURENTIUS “Sin sangre no hay redención.
Sin fuego no hay pureza. Sin guerra no hay honor Sin fe no hay salvación.”
El fracaso de la cruzada de los Guardianes de la Fe fue un duro golpe para las hermandades implicadas de los Templarios Negros. El Gran Mariscal Helbrecht en persona se ha visto durante meses en el apothecarion del capítulo, y se ha debatido entre la vida y la muerte con estoicismo, pero con la cicatriz de la derrota aún candente en su alma. Cuando por fin estuvo lúcido se negó a seguir recibiendo cuidados médicos y recorrió los pasillos del Cruzado Eterno con decisión y terrible severidad. No se cometerían más fallos. Su capítulo se resarciría de la derrota y todos sus enemigos yacerían muertos bajo la espada de los justos. Tras el estrepitoso fracaso, el Consejo de Mariscales estaba dudando sobre el liderazgo del Gran Mariscal. Cuando por fin llegó a la sala de mando, los mariscales Tankred y Rhodeus expresaron su preocupación, cada uno a su manera. Rhodeus, por su parte, utilizó una diplomacia que era poco propia de un Templario Negro, pero sabía que el brazo de Helbrecht era aún fuerte y no quería incitar su ira en un momento tan decisivo como en el que se encontraban. Tankred, al que por algo llamaban el Indómito, por su parte, no dudo en tacharlo de débil y exigió que reparara cuanto antes el honor del capítulo. La única respuesta de Helbrecht sonó a condena a m uerte: “Te desafío”.
La armadura reluciente de ambos mariscales refulgía bajo el brillo del electrum y rompían con luz el silencio que reinaba en la celda de combate. Helbrecht había elegido un sable corto, de apariencia tremendamente sencilla, con objeto de resaltar la falta de humildad que había en Tankred. El adversario del Gran Mariscal decidió apostar por un pequeño martillo de batalla que había encontrado en una sección antigua del armorium. Bajo un pequeño asentimiento del desafiado, el combate empezó, y ambos contendientes se lanzaron el uno al otro como dos rayos de oro puro. El tremendo impacto del martillo de tankred hizo saltar cientos de chispas de la hombrera de Helbrecht, que respondió con un golpe hacia el casco de Tankred que habría partido el cráneo de cualquier hombre. El desafiante mariscal apenas se inmutó e intentó sostener la espada con su mano libre, pero el brazo biónico de Helbrecht era demasiado fuerte y su servoarmadura chirrió. El gran
mariscal propinó un fuerte puñetazo a Tankred, que cayó hacia atrás tan largo como era él, pero se levantó al instante. Ambos luchadores giraron en círculos y no cedieron ni un milímetro. Tras horas de fintas, golpes y paradas, ninguno de ellos mostró ni el más mínimo estado de cansancio. La lucha era interminable. Por fin, Helbrecht dirigió su tono grave y potente al Mariscal. -Has osado desafiarme, joven Tankred, pero no eres capaz de vencerme. ¿Cómo pretendes obligar a tu Gran Mariscal a hacer lo que tú no podrías? -¡No especuléis con mi honor, Mariscal! - Respodió Tankred con ira a la vez que se quitaba el casco. Las cicatrices en su rostro lo hacían mucho más siniestro.- No necesito demostraros nada, pues yo he cumplido mi deber y vos aún os encontrais en deuda con vuestro capítulo. Las armas chocaron y las servoarmaduras volvieron a gemir bajo esfuerzos colosales. -Prefiero perder el honor cayendo en combate, que no mostrando respeto por un superior. Tu actitud no tiene perdón, tu arrogancia es tu lacra. - Helbrecht tomó una posición de combate ligeramente distinta. Tankred la reconoció de inmediato y supo que el combate podía estar a punto de acabar. -No perdamos más tiempo, Mariscal. ¡En guardia!. Lo siguiente que recordaba Tankred era encontrarse en el suelo con el sabor a hierro de su sangre en la boca. Una cicatriz más, pero esta era algo especial. Sabía que lo que había hecho no era lo propio de un Templario de honor, pero su alma no le permitía ceder, su mente no le permitía volver atrás. Miró hacia la luz de los focos y, cegado, vio un brazo de hierro que le tendía una mano fría como la muerte. Tomo la mano de Helbrecht y este le ayudó a levantarse. -He perdido.- Admitió Tankred- Mi espada es vuestra. -¿Acaso no lo era ya antes?.- En el serio rostro de Helbrecht se esbozó algo parecido a una sonrisa burlona.- Te admiro, Tankred, pero debes aprender a apaciguar tu ira y reservarla solo para el hereje y la bruja. Es nuestro credo, nuestra fe y nuestra arma, y la estás desaprovechando en banalidades. -Haré como ordenáis.- Fue la escueta respuesta de Tankred. -Claro que lo harás. Soy tu Gran Mariscal.- La severidad volvió a Helbrecht.- He de volver a la guerra y he hecho un juramento, las cabezas de todos los que me humillaron llegarán separadas de sus cuerpos a esta nave, y será mi filo el que las rebane. La tuya, sin embargo, es la de un siervo puro del Emperador y no puedo alzar mi espada contra ti, pero ya que me sirves, te haré entrega de una misión de redención. Completala, y tu osadía se verá perdonada. ¿Aceptas? -Aceptaré cualquier desafío, sin importar la inferioridad.- Tankred sintió el honor llenando su pecho al pronunciar el famoso voto Templario Negro. -Irás a Laurentius, en el Segmentum Última. Heinrik te acompañará en esta gesta y te informará sobre tu misión. Has de saber, joven Tankred, que no será fácil y que tus acciones traerán gran honor o gran humillación a nuestro capítulo, dependiendo de tu actuar. Espero, de todo corazón, que estés preparado para lo que tendrás que hacer.
Tankred se dio cuenta de repente. El enfado de Helbrecht, el desafío, las horas de lucha, la derrota... Todo era un montaje. Todo estaba planeado. Toco su nueva cicatriz y sonrió. -Gran Mariscal... ¿Habéis hecho todo esto de forma premeditada?. -Lo único en mi vida que no he hecho de forma premeditada fue perder este brazo, Tankred.El Gran Mariscal mostró su brazo biónico y lo movió levemente.- Y la escoria xenos que lo hizo vió su nave insignia hundida en el corazón de una estrella llameante. Que el emperador nos guíe, Tankred.
La Cruzada Laurentius se mostraba como el mayor y más difícil desafío para Tankred. El joven Mariscal, que hacía tan solo unos años que había ascendido desde las filas de la hermandad de armas, se sentía digno y en paz con el Gran Mariscal, aquel al que hacía tan solo unas horas había puesto en eviencia. La lección de humildad estaba aprendida, y su batalla estaba cerca. Había mandado reforjar el martillo de batalla que había usado en el duelo, de manera que incluyera un potente generador de campo de choque. Sería con él con el que destruiría al hereje. El Capellán Heinrik le había puesto al corriente de la campaña que le esperaba. Al parecer, un convoy imperial había caído en el planeta Laurentius. No habría tenido mayor importancia si solo hubiera habido tropas del Astra Militarum o víveres, pero entre los cargueros se encontraba una lanzadera inquisitorial que contenía una celda de extasis. En esta celda un inquisidor llamado Yoldrak había encerrado un psíquico que, a primera vista según los holodatos, no parecía muy amenazador: Ciego, enjuto, débil. Su brazo tenía una pequeña cicatriz que mostraba la insidiosa estrella de ocho puntas del caos, lo que avivó el ansia de guerra de Tankred. Este psíquico era muy especial, pues su gran poder residía en la capacidad de entretejer espacio-tiempos. La cruzada de Laurentius sería dura, porque no sabían exactamente con quién se iban a enfrentar, pues el psíquico renegado podría traer a su bando a tropas imperiales e incluso a Marines Espaciales, y aún así tendrían que luchar contra ellos. Tenían que encontrar al inquisidor perdido, y además, eliminar al psíquico. Si esto significaba tener que luchar contra todas las fuerzas de la galaxia, así sería.
Heinrik utilizó su amplia red de contactos para tomar suficientes elementos de la Hermandad de Armas del capítulo para proveer su cruzada de potencial de mando para suplantar a Tankred si fuese necesario. Por otra parte, pudo contactar con la Casa Valadius, y Lord Zarox, un respetado miembro de sus filas militares, combatiría en su poderosa armadura de Caballero.
Heinrik caminaba solo por los pasillos del Cruzado Eterno. Los pocos marines que se le cruzaban se paraban y agachaban su cabeza en señal de profundo respeto. En su mano, el capellán llevaba un pequeño pergamino con el sello del Gran Mariscal. Pronto llegó a su celda en el Reclusiam, dónde acercó la cera del sello a una pequeña vela encendida y esta se soltó. Desenrolló el pergamino con cuidado, y pudo discernir la angular caligrafía de Helbrecht. disculparme por haberte dejado de lado en la campaña que iniciaré. Sé que consideras que nuestro fallo entre los Guardianes de la Fe fueron también culpa tuya, pero en última instancia tú me servías y mis actos fueron los que trajeron tu pérdida de honor. He pedido a Grimaldus que me acompañe, y al honorable coronel-comisario Yarrick que sean él y su Legión de Acero los que me apoyen en batalla. Te necesito a ti aquí, en el Cruzado Eterno. “Heinrik, mi leal capellán. Siento la urgencia de
No puedo dejar de lado el hecho de que sé que mi muerte está cerca, como la de cualquier marine que lleve demasiado tiempo luchando, y necesito que haya un sucesor. He elegido entre varios de mis más brillantes mariscales al joven Tankred. Es impulsivo y testarudo, y por eso mismo con un buen tutelaje puede que se pueda templar en los fuegos de la guerra. Sé que no he hecho una mala elección con él, pero necesito que alguien lo observe y lo guíe, y ese alguien debes ser tú, amigo mío. Hazlo por mí y no pienses que quiero dañar tu honor ni privarte de venganza. Todo esto es por nuestro capítulo y esto es, con permiso de nuestro Dios-Emperador, lo primero para nosotros. Sé que no me fallarás, como también sé que nuestro joven Mariscal lo hará bien.”
La carta cayó sobre la mesa. Heinrik sabía que a Helbrecht le había costado muchísimo escribir algo así a alguien. Admiraba el espíritu de lucha del gran mariscal, pero su mayor fortaleza sin duda era su gran sabiduría.
LISTA DE EJÉRCITO ++TRANSMISIÓN SANCIONADA, AUTORIZACIÓN RECIBIDA++ ---Accediendo--+++CRUZADA LAURENTIUS: DESPLIEGUE DE TROPAS INICIADO+++
DESTACAMENTO I: DESTACAMENTO DE ARMAS COMBINADAS Facción: Marines Espaciales. Tácticas del Capítulo: Templarios Negros CUARTEL GENERAL -Mariscal Tankred, el Indómito (Capitán) (Señor de la Guerra) Equipo: Pistola Bolter, Martillo Trueno (+30 puntos), Armadura Artesanal (+20 puntos), Moto de los Marines Espaciales (+20 puntos), Escudo Eterno (+50 puntos), Granadas de Fragmentación y Perforantes, Aura de Hierro, Mejora a Señor del Capítulo (+40 puntos), Coste básico: 90 puntos Coste: 250 puntos -Capellán Heinrik, el Orador Negro (Capellán) Equipo: Pistola bolter, Crozius Arcanum, Granadas de fragmentación y perforantes, Rosarius, Servoarmadura, bomba de fusión (+5 puntos) Coste: 95 puntos LÍNEA -Órden de los Caballeros de Zweidhalt (Motocicletas) Composición: Sargento y 4 Motoristas. Equipo: Todos llevan Moto de los Marines Espaciales, Servoarmadura, Granadas de fragmentación y granadas perforantes. El Sargento lleva Combigrav (+10 puntos), dos motoristas llevan Rifles de fusión (+10 puntos cada uno) Coste: 135 puntos
-Escuadrón Irae (Cruzados) Composición: 5 Iniciados Equipo: Todos llevan bolter, granadas de fragmentación y perforantes, pistola bolter y servoarmadura. Uno de los Iniciados sustituye el bolter por un Cañón Láser (+20 puntos) y otro por un rifle de Plasma (+15 puntos) Coste: 105 puntos -Transporte Asignado: Sturm (Rhino) Equipo: Bolter de Asalto, Descargador de Humo, Reflector Coste: 35 puntos -Escuadrón Omnia Mortis (Cruzados) Composición: 5 Iniciados Equipo: Todos llevan bolter, granadas de fragmentación y perforantes, pistola bolter y servoarmadura. Uno de los Iniciados sustituye el bolter por un Cañón Láser (+20 puntos) y otro por un rifle de Plasma (+15 puntos) Coste: 105 puntos -Transporte Asignado: Pureza (Rhino) Equipo: Bolter de Asalto, Descargador de Humo, Reflector Coste: 35 puntos ÉLITE -Los Hermanos del Cónclave (Guardias de Honor) Composición: Campeón y 4 Guardias de Honor Equipo: Todos llevan armadura artesanal, pistola bolter, bolter y granadas de fragmentación y perforantes. El campeón lleva un Martillo Trueno (+15 puntos), uno de los guardias lleva un arma reliquia (+10 puntos), otros dos van equipados con Hachas de Energía y el último porta una espada de energía y el Estandarte del Capítulo (+25 puntos) Coste: 185 puntos -El Trueno Negro (Escuadra de Mando) Composición: Apotecario (+15 puntos) y 4 Veteranos Equipo: Todos llevan pistola bolter, arma de combate, servoarmadura, granadas de fragmentación y perforantes y Motocicletas de los Marines espaciales (+35 puntos). El apotecario tiene un Narthecium, Un Veterano sustituye su arma de combate cuerpo a cuerpo por un puño de combate (+25 puntos) y otro por un hacha de energía (+15 puntos) Coste: 180 puntos APOYO PESADO -El Orgullo de Helbrecht (Land Raider Cruzado) Equipo: descargadores de metralla, descargadores de humo, reflector, dos bolters huracán, cañón de asalto acoplado Coste: 250 puntos
DESTACAMENTO II: DESTACAMENTO ALIADO DE CABALLEROS IMPERIALES Facción: Caballeros Imperiales -Lord Zarox (Caballero Paladín) Equipo: Dos ametralladoras pesadas, Escudo de Iones, Cañón de Batalla de fuego rápido Coste: 375 puntos
“Y así como el traidor conspira, tal como el malvado asesina, mi espada nunca descansa y justicia
porta allá donde las estrellas ya no brillan, donde la oscuridad todo lo cubre. Pues soy un guerrero del Emperador, un Templario Negro, y todos se arrodillan ante mi avance y mi poder, baluarte de la humanidad, ilumina la negrura de un vacío eter no y cubre de gloria los dominios del Imperio.”