INTRODUCCION En la relación Profesor-Alumno Profesor-Alumno la didáctica ha estado siempre presente, por eso es lógico pensar que en el proceso de enseñanza y aprendizaje siempre se haya aplicada esta ciencia. Aunque en otras épocas o antiguamente esta no tenía sentido ni aplicación en el proceso de enseñanza de aprendizaje de las matemáticas, dado que se daba de acuerdo al entender del profesor, de los recursos didácticos existentes y de la habilidad del docente para comunicarse comunicarse con los alumnos. Visto de esta manera podríamos decir que el proceso cognitivo de los educandos dependía del maestro, el cual empleaba la didáctica dirigida a la enseñanza en el aula. Pero actualmente y desde hace bastante tiempo la didáctica en la enseñanza de la matemática pasa a ser un estudio de profunda reflexión y análisis, no un simple concepto. Hoy por hoy estamos al tanto de que le es difícil aprender matemáticas a los niños, algunos erróneamente creen que es por herencia (porque a sus padres les ocurría ocurría lo mismo), y otros porque porque no sienten interés por la asignatura, pero todos sabemos que se aprende por ensayo y error y también “jugando”. Con esto observamos que algunos profesores no utilizan las suficientes herramientas herramientas o estrategias para estimular o incentivar a los discentes del aula, aplicando diferentes didácticas para obtener un alto porcentaje de aprendizaje, ya que solo trasladan los contenidos de los libros, sin usar ejemplos claros pensando en el espacio que los rodea. Por ejemplo un alumno de la zona rural a otro de la zona urbana se diferencian porque no poseen equipamiento tecnológico, pedagógico, etc.. También muchos docentes son responsables responsables de que a los alumnos no les interese las matemáticas, nosotros como futuros docentes, transformadores de la educación debemos exigirnos egresar con herramientas herramientas necesarias y aplicarlas en la cotidianidad de nuestro trabajo para mejorar los aprendizajes.
Por lo tanto como profesores de matemáticas tenemos una gran tarea que cumplir.
La Escuela es la Institución social, orientada a la tarea de distribución y circulación del conocimiento. Esta claro, que en las practicas pedagógicas, el docente es quien procura el encuentro entre los alumnos y el conocimiento. Ahora bien, reflexionemos acerca de los procesos por los cuales el conocimiento científico es adaptado, simplificado y traducido a un lenguaje tal que pueda ser comunicado y por lo tanto aprendido en el ámbito escolar, para ello utilizamos LA TRANSPOSICION DIDACTICA, que es el proceso por el que un saber erudito se convierte en un objeto de enseñanza. La Educación Formal es un proceso en el cual ciertos contenidos son transformados para su enseñanza. Para ello, el docente entra como autoridad transmisora y reproductora de los contenidos curriculares y en su tarea se producen resultados nuevos, que nunca son exactamente iguales a los contenidos dispuestos con anterioridad. CHEVALLARD dice: La transposición didáctica es la transformación del saber científico o saber sabio en un saber posible de ser enseñado. Pero para que sea posible esto debe operar un doble proceso de descontextualización y recontextualizacion, que transforma el contenido inicial en un contenido con fines pedagógicos. En el proceso de traducción en los contenidos podemos identificar algunas operaciones frecuentes: la simplificación, modificación y reducción de la complejidad del saber original; y la moralización del contenido. Generalmente en la transposición didáctica se dan por sentados saberes anteriores y necesarios para poder moverse en el marco del contenido a enseñar. El mecanismo de Transposición deja a la luz cuales son los saberes aptos para enseñar y aquellos que no pueden ser escolarizables.
En otras palabras la Transposición Didáctica es el mecanismo mediante el cual el profesor “toma” el conocimiento y lo transforma para enseñarselo a sus alumnos. El conocimiento humano nace en la comunidad científica, este es el saber o conocimiento o contenido que el docente debe manejar perfectamente para enseñárselo a sus estudiantes; Para llegar a esa instancia el docente se realiza las siguientes preguntas:
EL QUÉ: ¿Qué voy a enseñar? Esto es la decisión en base a la selección de qué contenido voy a enseñar. Muchas veces los contenidos vienen dirigidos en la estructura programática de una asignatura. Pero dependiendo del nivel y del área del curso, el docente tendrá más o menos “ libertad de cátedra” para elegir un contenido por sobre los otros posibles.
EL PARA QUÉ: ¿Para qué voy a enseñar esto? O sea con qué objetivo el docente va a enseñar un saber en un determinado momento de desarrollo del curso. La mayoría de las asignaturas en los
niveles básicos de formación, no están implementadas para ser estudiadas con el fin de aprenderlas sino el de desarrollar destrezas cognitivas deseables para una determinada edad del estudiante.
EL CÓMO: ¿Cómo voy a enseñar esto? El cómo es el escollo más difícil de superar y, más aun, para los docentes novatos. Elegir al fin y al cabo una manera para enseñar un contenido implica conocer muchas cosas, entre ellas, los mecanismos de aprendizaje de los estudiantes. En el cómo es cuando la didáctica se pone en juego.
Cuando el docente logra una buena transposición didáctica logra “servir en bandeja” el contenido que se desea enseñar de forma accesible y adecuada a la estructura mental del estudiante.
Este proceso se centra en la actividad intelectual del alumno, en el desarrollo y entrenamiento de habilidades que lleven a la solución de problemas concretos, individuales y grupales, buscando que el alumno aprenda de forma activa, resolviendo problemas que la vida le plantea. Muchos alumnos creen que las matemáticas son un conjunto de operaciones complejas y solamente hasta memorizar los procesos para la
solución automática de los problemas planteados por el docente, pero, las matemáticas son mucho mas que eso, son una manera de observar, analizar y pensar sobre el mundo que nos rodea. Cuando se da una interacción entre el conocimiento erudito y el saber enseñado en un escenario escolar, es adonde se observa la aplicación de la transposición didáctica. Recapitulando, el concepto elaborado por CHEVALLARD, la Transposición Didáctica alude al “proceso de transformación adaptativa por el cual el conocimiento erudito se constituye en conocimiento u objeto a enseñar y este en conocimiento enseñado u objeto de enseñanza”.
Estas transformaciones son un proceso que despersonaliza, fragmenta, aísla al saber erudito de otros factores que le dieron origen (entre éstos, la turbulencia interna del científico que le gesta, o de la disputa académica entre los científicos que le originan). Su presentación para ser expuesto al público en general se torna a través de un orden lógico, con determinados tiempos que no son aquellos de donde originalmente proviene. Explicitar este concepto, implica recorrer el camino denominado de las mediaciones: Proceso de la Transposición Didáctica
El primer nivel de mediación es el que aparece en la propuesta oficial, el que debe ser enseñado y que GIMENO SACRISTAN denomina curriculum prescripto. Aparece en los contenidos de los programas de las diferentes asignaturas de áreas de un nivel del sistema educativo. Los mediadores entre el conocimiento erudito y el conocimiento a enseñar son los expertos o técnicas que elaboran un curriculum,
donde aparece como norma, regulación, prescripción con respecto a contenidos y a orientación pedagógica desde una determinada gestión educativa. El segundo nivel de mediación es del curriculum prescripto al curriculum realizado. Los docentes, como agentes transmisores se convierten también en agentes mediadores introduciendo otro desplazamiento adaptativo: del conocimiento a enseñar al conocimiento enseñado. En este proceso interviene una gama de dimensiones: desde perspectivas estrictamente personales como concepciones epistemológicas, niveles de formación, valorizaciones pedagógicas, etc.. Otro momento del proceso se desarrolla en el denominado currilum en acción, que es el que se realiza en la práctica real. La transposición didáctica será valida si y solo si el conocimiento enseñado no se ha desvinculado del objeto genuino de conocimiento, perdiendo en ese proceso de filtros sucesivos sus componentes esenciales. En este momento es necesario hacer referencia a los efectos y riesgos que conlleva el proceso de la transposición didáctica. Uno de ellos es LA DEFORMACION, que es una consecuencia lógica de este proceso. En segundo lugar, EL OCULTAMIENTO que es cuando se desconoce el origen que fundamenta y legitima el saber enseñado, se ocultan o recortan algunos aspectos, justificando tal ocultamiento en la necesidad de adaptarlos a la comprensión de los alumnos, en función de sus experiencias previas. Como tercer y último riesgo esta EL ENVEJECIMIENTO O DESGASTE, en este caso se sugiere contrarrestar el envejecimiento con nuevos aportes provenientes de las comunidades científicas.
El docente entonces, para tratar de minimizar estos riesgos, debe poseer una sólida formación en didáctica, que le permita diseñar experiencias y situaciones de aprendizajes relacionadas con los contenidos de acuerdo a los diferentes niveles a desempeñarse.
CONCLUSION Finalmente podemos decir que la Transposición Didáctica aplicada por los docentes, aporta de sobremanera a la construcción del Conocimiento Científico en el aula. La interpretación oral que el educando pone a disposición del alumnado refuerza el contenido de un texto escrito cuando este entra al espacio social del aula, aclarando, explicando y contextualizando el mismo con ejemplos, preguntas e información que lo acercan a los saberes diarios de los estudiantes. Pero para que se pueda aplicar de manera lógica la Transposición Didáctica, debemos cuidar que la información científica matemática no se distorsione, desde ningún punto de vista, por mas que se diga que “Hay que hacer fácil la matemática” porque somos facilitadores y aplicar únicamente la matemática, olvidandonos del propósito esencial que es el análisis, comprensión y asimilación del concepto. Entonces, debemos mejorar los procesos de adaptación, adecuación y contextualización de los saberes por enseñar, para obtener así mejores resultados a nivel aprendizaje, proyectando que estos sean significativos, duraderos, importantes y funcionales en nuestros educandos.