Introducción
Los valores cívicos son los que facilitan la correcta relación en el ámbito de la vida interpersonal, ciudadana y social. Se exigen a cada persona, pero están en relación con los demás. Los valores morales siempre perfeccionarán al hombre, las acciones buenas como servir honestamente, decir la verdad y actuar siempre pensando en el prójimo, jamás podrán contradecir el camino hacia la perfección. Los valores espirituales son aquellos que nos dan la relación Dios-hombre, lo que le da misticismo a la existencia del ser humano, los valores espirituales perfeccionan al hombre en un valor superior que el que pueden ofrecer los valores cívicos o morales. A continuación presento algunos valores cívicos, morales y espirituales que todos los seres humanos deberíamos empezar a cultivar. Valores Cívicos
La Amistad
Es una relación voluntaria, íntima y duradera, predominan en ella otros valores, tales como la solidaridad, el desinterés la reciprocidad y la independencia de diferencias sociales.
La Verdad
La verdad se ha fomentado siempre y quien la cultiva es considerada como una persona de alta calidad humana y moral.
La Prudencia
Es la capacidad que poseen los hombres para orientar su actuación en base al uso de la razón. Esto quiere decir que ante todo la razón debe gobernar los actos de las personas y no el sentimiento. La prudencia permite a los hombres perfeccionar sus propias actividades y perseguir su propio bien respecto al fin común de los que le rodean y de su vida misma. La Responsabilidad Y Deber
La Responsabilidad es la virtud humana de responder con formalidad, es ser capaz para tomar decisiones, de dirigir una actividad, de organizar a un grupo o de coordinar un todo. La Fortaleza
Es la virtud que permite a los seres humanos moderar y dominar sus pretensiones, ambiciones e impulsos respecto a metas y objetos difíciles de obtener, este valor permite actuar con determinación, firmeza y audacia, sin dudas ni titubeos al momento de tomar decisiones simples o complejas aquellas que se refieren a situaciones que representan un gran peligro o temor como la muerte.
La Lealtad
Se puede definir a la lealtad como un sentimiento o actitud de adhesión a algo que es externo a uno mismo. Este sentimiento es acompañado de un deseo por apoyar o actuar a favor de aquello a lo que se es leal y bajo condiciones que incluso exijan cierto sacrificio. La lealtad es voluntaria quien la practica elige de manera libre hacerlo y sin presiones ni condiciones de ninguna especie.
La Libertad
La Libertad es una de las virtudes mas reconocidas y apreciadas por todos los seres humanos, no solo como facultad de desplazarse y de transitar sin impedimento, sino también como el poder para actuar y no actuar , para pensar y expresarse de tal manera, para decidir que hacer y como hacerlo .
La Caridad
La Caridad es la dedicación activa a fin de promover la felicidad y el bienestar de los demás con el objeto de lograr esa felicidad y bienestar de tal manera total y no solo eliminar la miseria. Aportar donativos es una acción muy aceptada por la gente, permitiendo que muchas instituciones dependan parcial o totalmente de ellas para realizar sus actividades. La Justicia
Es la virtud de dar a cada quien lo suyo. Se considera que el trasgresor de la ley es injusto, mientras que quien actúa conforme a la ley es justo. Para que su carácter sea aceptable, deberá respetar a los demás miembros de la sociedad a la que pertenece y acatar las normas de esa comunidad. La Justicia es una condición necesaria para que las relaciones humanas se desarrollen armónicamente en un ambiente de respeto, igualdad, rectitud y estabilidad. La Igualdad
Se refiere al trato que todas las personas deben recibir, todos los hombres somos igualmente igualment e valiosos e importantes important es sin tomar en cuenta la raza, el sexo, posición económica, la religión o la inteligencia.
la
Valores Morales La Sinceridad
Consiste en procurar decir y actuar siempre con la verdad. Implica también manifestar los sentimientos con autenticidad. Hay que evitar las mentiras y los engaños, así sean pequeños. A veces los niños por quedar bien, por fantasías, por rebeldía o por orgullo, recurren a la mentira, debemos corregirlos sin tratarlos de mentirosos y enfocarnos siempre en que digan la verdad dando un buen ejemplo. La Generosidad
Significa dar lo mejor de sí mismos a los demás en tareas por el bien común y de manera desinteresada, es el valor que se antepone al egoísmo e individualismo. A nuestros hijos debemos motivarlos a que presten sus cosas y no ser egoístas. La Responsabilidad
Consiste en cumplir las obligaciones y compromisos adquiridos. Ser responsable es también saber asumir las consecuencias de los propios actos (los buenos y los malos) y así aprender a tomar en serio lo que hace. Debemos enseñar a no dar excusas, echar culpas o justificar, fomentar la toma de decisiones propias. Ante la pregunta ¿Qué hago? contestar ¿Qué crees que debes hacer? El Respeto.
Es tener conciencia del valor propio y reconocer el valor que tienen los demás. Es el valor principal para la convivencia entre personas, pero se extiende a la naturaleza, las reglas sociales, etc. Al igual que los demás valores, este valor se transmite con el ejemplo. Es importante enseñar a los hijos que las personas son distintas pero que por ningún motivo deben ser discriminadas o marginadas y que no debemos criticar a nadie por su condición socioeconómica. La Fortaleza
Implica tener una firmeza de carácter que le permita a la persona superar dificultades, temores y adversidades. Este valor ayuda a que las personas enfrenten las adversidades de la vida y luchen en contra del impulso natural de abatimiento y apatía.
La Alegría.
Es un sentimiento de satisfacción o agrado producido por algún estímulo. No es un valor que se demuestre exteriormente, sino que se vive interiormente y está relacionado con la paz interior. Es importante hacer de la alegría el clima normal del hogar, en los juegos. La alegría fomenta el buen humor y el optimismo.
Valores Espirituales La gracia:
Se entiende por gracia un favor o iniciativa gratuita que Dios hace al hombre para invitarlo a participar en su intimidad. La libre iniciativa de Dios requiere de la respuesta libre del hombre, para recibir y acoger la gracia. Requiere pues, de la voluntad humana para recibirla.
La santidad:
La santidad desde el punto de vista de la teología, se refiere al estado del alma en la cual ésta se encuentra en amistad y en profunda intimidad y comunicación con Dios. A la persona que alcanza este estado del alma se le llama bienaventurado y dichoso. La caridad:
Cuando hablamos de caridad, nos referimos a una acción de ayuda al prójimo, motivados únicamente por ayudar, por darse a los demás y no por un renombre o prestigio. Inclusive con este tipo de acciones se busca ayudar desde el anonimato, el interés es exclusivamente ayudar a otros por amor. La caridad es un valor intrínseco de la persona con un alto valor espiritual, busca amar al prójimo, no sólo a la familia, a gente conocida o a parientes, sino a todo ser humano, incluso a aquél que nos ha dañado en algún momento, que nos ha hecho alguna injusticia o ha manchado nuestro nombre. Amar a los enemigos es un rasgo único de la persona que posee la caridad. La fe:
En la terminología religiosa la fe es el asentimiento firme de la voluntad de una verdad basada sola y únicamente únic amente en la revelación divina. La fe es un valor que el hombre por sí mismo no puede alcanzar, es un don de Dios, por esto decimos que los valores morales se mueven en un ámbito que va más allá de lo meramente humano, trasciende el orden natural y se eleva al orden de lo sobrenatural. Por medio del don de la fe la persona puede adentrarse en un conocimiento y en una experiencia con Dios. El hombre por sí mismo, cuando mucho podría afirmar que Dios existe y dar algunas características sobre Él, pero al recibir la fe, ésta transforma su existencia dando otro sentido a su vida, ya no se busca satisfacer la voluntad de uno mismo sino la voluntad de Dios. La fe va más allá del mero sentimiento o emoción de la presencia de Dios, no se acepta de modo irracional, sino que se busca su significado interno y coherente, es por esto que la fe requiere de la inteligencia y de la voluntad de la persona. La esperanza:
Es el valor espiritual que corresponde al anhelo de felicidad que se encuentra en el interior de cada hombre. La esperanza cristiana, tiene su origen ori gen y fundamento en la esperanza de Abraham A braham e Isaac, quienes esperaban el cumplimiento de las promesas de Dios. De acuerdo a la tradición judeocristiana, Él siempre se mantuvo m antuvo fiel, aunque el pueblo se dejara llevar por la desconfianza y llegara a adorar a otros dioses, pero Dios seguía conservando su fidelidad y su amor hacia ese pueblo elegido, según lo cuenta el Antiguo Testamento. Este es el fundamento de la esperanza; Dios siempre se mantiene fiel en su amor hacia cada hombre. Sin esta esperanza el hombre se siente abatido, encerrado y desesperado sin ser capaz de resolver los enigmas de la vida y la muerte, del sufrimiento, del dolor, de la injusticia. Sin ella, el hombre cree que está solo ante las dificultades, que no cuenta con la ayuda de Dios.
El amor.
El amor es una de las virtudes más extraordinarias que el ser humano puede tener, es el don más lindo que Dios puede dar a los hombres. El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumplen perfectamente todas las demás cosas. Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve. Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no a legrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.
Conclusiones.
Al despertar en cada amanecer de un nuevo día deberíamos comenzar pensando por practicar cada uno de los valores positivos que nacen en nuestra mente y no negarnos a brindar el amor, la amistad, la justicia y la igualdad, para tener el aprecio y la bondad de Dios y de los hombres. Recomendaciones.
Es imprescindible como personas y como hijos de Dios llevar al terreno de la práctica todo lo aprendido y no dejar escapar, ni pasar por desapercibido cada consejo y cada enseñanza que la vida nos ofrece. Debemos grabar en nuestra mente cada experiencia vivida, aprender de ellas, para ser mejores personas cada día.