Yves Bonnefoy Dante y las palabras
I Señoras, señores, Carlo Ossola me invitó a tomar la palabra ante ustedes y acepté, pero quisiera que entendieran que lo haré sin una competencia real, desde el punto de vista que es el umbral obliado de la re!e"ión seria sobre #ante$ el del %lóloo y el historiador& 'e abstendré pues de hablar demasiado sobre la Vita Nuova o sobre la Divina Comedia.
'i intención sencillamente es responder, de una manera no erudita y totalmente personal, a una preunta que me planteó nuestro amio, es decir, hacerlos part(cipes de alunas observaciones sobre la poes(a y su traducción, observaciones que la obra de #ante permite sin que se necesite un conocimiento profundo de sus circunstancias circunstancias o de sus aspectos lin)(sticos& *a preunta de Carlo Ossola se re%ere re%ere a la clase de reacción que puede suscitar actualmente la traducción de #ante +de todo #ante, las obras en prosa tanto como los poemas, los te"tos latinos al iual que los italianos+ que publicó ndré -é.ard -é.ard en los años /012 en la 3Biblioth4que de la -léiade5& Carlo percibió que yo ten(a cierta simpat(a por ese inmenso traba6o, a pesar de mi recha.o sin reservas de los principios en los cuales se hab(a basado, tan e"pl(cita como intensamente& Y dado que ndré -é.ard -é.ard fue profesor en el Coll4e de 7rance, donde se re8ne nuestro coloquio, y puesto que all( enseñó por mucho tiempo con el prestiio que le brindaban su inteliencia y su saber, dado que tiene entonces al8n sentido recordarlo al comien.o de nuestros encuentros, resulta resulta pues que se me pidió que di6era por qué su empresa fundamental, esa traducción por otra parte aclamada
cuando apareció, hab(a podido posteriormente ser recha.ada por la ran mayor(a de los lectores, incluso por m( aunque con un de6o de triste.a, como si -é.ard se hubiese enañado pero con la su%ciente sinceridad y el su%ciente rior como para merecer consideración& 9n qué consiste el error de -é.ard, -é.ard, si se puede emplear ese término, por qué podemos decir que ese método de traducción, e"puesto por él de manera tan imperiosa como auda. en su memorable próloo, puede cali%carse sin embaro de inconsecuente e incluso de inenuo, es lo que voy a intentar decir& unque para hacerlo como me parece que hace falta, debo dar primero un rodeo por consideraciones consideraciones sobre lo que es la poes(a en su naturale.a esencial& 9s un pre:mbulo obliado, toda mi propuesta depende de él& ;*a poes(a< 9s alo muy distinto del uso ordinario del lenua6e, que consiste en comprender los aspectos mani%estos o latentes de la realidad natural o social, y e"presarlos e"presarlos y comunicarlos +a la colectividad o a una persona en particular+ con miras a una acción que las palabras también se dedican a caracteri.ar, a describir& describir& 9sa clase de uso es universal, incluso se puede pensar que es el 8nico concebible, y que la misma actividad literaria no es m:s que una de sus formas& 9n efecto, el escritor bien puede recurrir a las palabras de una manera m:s comple6a que el cient(%co o el pol(tico, puede buscar en ellas la ambi)edad o la vauedad en luar de querer aclararlas, puede recurrir a s(mbolos que su habla obstaculi.a m:s de lo que e"pone, y que su inconsciente oscurece$ no obstante lo cual su intención siue siendo anali.ar lo que ocurre, en él o a su alrededor, y referir esos acontecimientos a su lector& =ambién en literatura la palabra es la producción de sini%cados destinados a ser comunicados$ lo que llamaré un decir , ese decir que est: en todas partes en la sociedad& -ero la poes(a es alo muy diferente&
*a poes(a precisamente es lo que no acepta adherirse a ese proyecto de sini%cación, porque ve que para darle consistencia es necesario e"traer de aquello que queremos comprender alunos aspectos, simples aspectos, como la manitud, el color, el peso, muchos otros, lo que llamamos conceptos> y entonces advierte que con un punto de partida as( estamos destinados a la abstracción, a enerali.aciones que har:n perder de vista el ser particular que cada uno de nosotros es en lo m:s inmediato de su relación consio mismo& *a sini%cación conceptual es aquella que ya no sabe que e"istimos en un luar y sólo en uno, en un instante y sólo en uno, vale decir que somos mortales> y de ese desconocimiento se deriva que en cada palabra que usamos se borre la presencia iualmente inmediata y plena de las cosas que nos rodean, y de los seres entre los cuales vivimos, de tal modo que pronto ya no sabremos cu:les son nuestras verdaderas necesidades& *a poes(a es uardar memoria, una sombra de memoria, de la realidad como imainamos poder vivirla antes de que la conceptuali.ación la redu.ca a nada m:s que una imaen, a un esquema> y todo su proyecto, todo su traba6o, consistir: en liberar las palabras de los encadenamientos del discurso para que nos ofre.can, en luar de sini%cados que producen nuestros diversos tipos de conocimiento, un acceso al en?s( de las cosas realmente e"istentes& @ue la palabra 3:rbol5 en un poema nos haa recordar lo que es un :rbol, con todas sus ramas, todas sus ho6as, y su relación con el camino, con el cielo por encima, con el p:6aro que en él se posa, que nos recuerde todo eso en luar de arro6arnos a las clasi%caciones que estructuran los diccionarios, y estaremos en condiciones de volver a pensar en necesidades nuestras que son esenciales para el ser mortal que somos, esas necesidades cuyo olvido trae per6uicios en las relaciones de persona a persona en el seno de la sociedad&
-ero acudir a las palabras con ese proyecto en mente ya no apunta, como pueden ver, a sini%car y a decir& Y por tal motivo la poes(a es en primer luar la atención puesta en esa materialidad sonora que hace de las palabras alo m:s que la vestidura de una noción& 9scuchamos el vocablo, nos aferramos a las asonancias en los versos, a los ritmos, a las aliteraciones, porque son medios para poner de relieve el sonido en la palabra y disminuir en iual medida la autoridad de los encadenamientos conceptuales sobre la frase& Aay all( una m8sica verbal, en cuyo seno c:lido el habla puede respirar de nuevo, y donde se desplear: todo un mundo de percepciones, de otro modo sofocadas, y de recuerdos personales, de otro modo olvidados o pervertidos& Y as( un luar ir: cobrando forma, un luar de vida, un mundo para la persona aqu( y ahora que somos cada uno de nosotros& *a poes(a no constata la realidad, como lo hacen las otras clases de conocimiento, sino que instaura, por medio de palabras renovadas, un espacio social en el cual la vida resulta 3cambiada5, como di6era imbaud& Insisto, porque para m( es fundamental y permitir(a aclarar + como espero y volveré a ello+ la empresa de #ante& -rimero, la poes(a es un acto& o aquello que pretende ser un discurso, unas formulaciones, un decir, sino un acto siempre en curso, que intenta devolverle a la palabra sumerida en la sini%cación su aptitud para mostrar las cosas, los seres, en su presencia total, que es su interioridad puesta de mani%esto> y lo hace e"cavando por deba6o de los aspectos necesariamente e"teriores que el pensamiento conceptual distinue en ellos y con los cuales los sustituye& 9l efecto esperado del acto poético es la presencia devuelta a las cosas que nombramos& 9n seundo luar, esa operación no desemboca en te"tos donde se formular(a de una manera o de otra esa presencia de nuevo percibida y vivida por nosotros& *as relaciones entre las cosas
evocadas as( e"isten, pasan a través de nosotros, que las evocamos, son activas, determinantes, pero formularlas ser(a reconceptuali.arlas otra ve. y perderlas& -or obra de nuestro deseo, que nunca de6a de ser posesivo, unos mitos de lo inmediato ocupar(an en nuestra palabra el sitio de la e"periencia directa& La verdad de poesía no se habla& Sin embaro, es perceptible en los te"tos, los mismos que ya
se separan de ella, pero lo es como una luminosidad, un sabor, un olor a suelo de bosque, ;cómo decirlo, cómo caracteri.ar el efecto que los randes poemas procuran< través de los silos, lo han intentado precisamente con estas mismas comparaciones& #ante, en su tratado de la elocuencia en lenua vular, habla de un olor, de un aroma& -or 8ltimo, en tercer luar$ ese acto que es la poes(a tiene como campo, como 8nico campo de b8squeda, la lengua ordinaria, la lenua tal como la hablamos en la vida diaria& *as realidades que la poes(a permite entrever, en lo profundo de su habla, no son de una naturale.a superior, que no ser(a e"presable sino por medio de palabras y relaciones le"icales o sint:cticas que no conocemos> imainarlo es lo que provocó la mediocridad de la poes(a simbolista& o, las realidades hacia las cuales se vuelve la poes(a son las cosas simples, fundamentales, las que la humanidad eliió para vivir con ellas, y no hay lenua que no las nombre, de una manera o de otra, con la posibilidad para quienes la emplean de incluir esas presencias cercanas y posiblemente bené%cas en el proyecto de renovación que acabo de denominar poes(a& 9s en la lenua ordinaria y sólo en ella donde la poes(a puede y debe actuar, es en la lenua que reencontramos cada mañana, para los traba6os del d(a, después de que hemos vivido en ella también por la noche, en el sueño& Solamente a través de ese espacio de lo hablado, lo vivido, lo compartido, es que el sabor, la luminosidad, el aroma que son la poes(a pueden e"pandirse&
Y entonces hemos vuelto a las palabras, y a su importancia muy especial en el traba6o de los poetas& *a palabra en poes(a no es ya la portadora de nociones que aspira a desaparecer en la producción de e"presiones& 9s el 3pilar viviente5 que de6a pasar unas hablas ciertamente confusas pero que pueden estar caradas de e!uvios, en todo caso de s(mbolos acaso dinos de ser meditados /& #e6an de ser un re!e6o, el de un mundo sobre el que entonces uno se preunta sin cesar si el ser est: en él o si sólo es no?ser, el uso poético de las palabras se vuelve una creación, puesto que en la indiferencia de la naturale.a desbro.a un luar que ser: el de nuestra e"istencia y que por lo tanto bien podamos decidir nuestra realidad e incluso nuestro ser& Y los randes poemas ser:n aquellos en los cuales las palabras, restituidas a s( mismas, ser:n audibles del modo m:s directo& briendo entre los seres hablantes un porvenir de reconocimientos mutuos& Sucedió enteramente as( en esos poemas fundacionales que fueron la Ilíada, la Odisea, las Geórgicas o la Eneida. s( ocurrió en los comien.os de 7rancia con La canción de oland& -ensemos por un momento en ella& -ensemos en tantos de sus versos$ !"alt sunt li pui e li val tenebrus# les roches bises$% D3ltos son los montes y los
valles tenebrosos, las piedras oscurasE5F& #e entrada, lo que percibimos, lo que escuchamos son las palabras en ese man(%co decas(labo, honor de nuestra lenua, donde se apro"iman sin chocar, comunic:ndose entre ellas por la profundidad de su evocación de las cosas del mundo& II
/ lusión al comien.o del soneto 3Correspondencias5 de Baudelaire$ *a ature est un temple oG de vivants piliersH *aissent parfois sortir de confuses paroles>H *homme y passe J travers des forKts de simbolesH @ui lobservent avec des reards familiers& D*a aturale.a es un templo donde pilares vivosH de6an salir a veces palabras confusas>H el hombre pasa a través de bosques de s(mbolosH que ah( lo observan con miradas familiares&F
Y pensemos ahora en #ante, en cuya obra la importancia de las palabras es iualmente evidente& Ln ran momento de debilitamiento de la poes(a fue el comien.o de la cultura occidental, cuando los letrados, los que ten(an la tarea de escribir y recordaban poemas del mundo antiuo, ya no dispusieron para sus traba6os y sus intercambios sino de una lenua, el lat(n, que se hab(a retirado de los luares y de las situaciones de la e"istencia com8n& *as fuentes de la vida cotidiana y vivida se hab(an aotado& Y la poes(a, que comien.a en lo vivido, no pod(a entonces profundi.ar en ello, aun cuando la lenua de Mirilio siuiera siendo la 8nica, en medio de sociedades devastadas, para preservar una idea consciente de ella y alunos medios de ponerla en pr:ctica& NLn ran peliro, con toda seuridad -orque para que la poes(a se reanimara habr(a que esperar a que las lenuas vern:culas se desprendieran de ese desmia6amiento de la cultura& Y mientras tanto, se hab(a desarrollado la palabra cristiana que pone de relieve una realidad trascendente y que, en aquellos tiempos, se mostraba muy poco interesada por ese entorno terrestre y ese cuerpo simplemente humano que son el luar natural de la poes(a& 9l mensa6e cristiano al.a la persona humana, considerada divina, contra un mundo, en sus términos, asolado y empobrecido por el pecado oriinal, por ende no es un sostén para la poes(a& ':s bien habr(a que pensar que la difusión y el triunfo del cristianismo aprovecharon el per6uicio que le causó a la invención poética la coe"istencia, en el seno de la sociedad, del lat(n y de las lenuas habladas m:s cotidianamente, es decir, m:s plenamente& falta de randes poemas en éstas 8ltimas, la intuición propia de la poes(a ya no era puesta de relieve con la fuer.a su%ciente& 9 incluso se pod(an usar obras antiuas cada ve. peor comprendidas con diversos %nes de edi%cación reliiosa, interpret:ndolas de manera simbólica o aleórica$ por e6emplo, el 3Pam redit et Miro5 de la 3Cuarta Qloa5 que se consideraba como el anuncio del nacimiento de Cristo& *a palabra cristiana contradice la
amplitud posible de los vocablos& Suestivo o no, Mirilio ya no puede ser para el lector medieval una 3fonte5 para el 3parlar5 de una poes(a auténtica& ;'e equivoco al hermanar as( el eclipse de la poes(a con el triunfo del cristianismo< Sin embaro, creo tener derecho a poner el acento en una oposición de visiones y de ob6etivos que, mucho después de que lleasen a su madure. las lenuas suridas del lat(n, continuar: perturbando en 9uropa la e"perimentación poética& *as palabras que dicen :rbol o fuente o lu., esos vocablos que son las v(as de la construcción de la realidad y del ser, han sido como con%scados por un pensamiento y un modo de ser que alteran en ellos el acceso a 3la auténtica morada terrestre5, a ese 3locus5 posiblemente 3amoenus5 con que soñar: el enacimiento& Y no ser: sino con *eopardi, Miny, erval, 'allarmé, anunciadores del 3#ios ha muerto5 niet.scheano, que esas randes palabras necesarias reaparecer:n con todo su poder de evocación, y con todo su luar en el verso, pero suceder: de una manera todav(a por mucho tiempo precaria& III esulta pues que a través de los silos de la 9dad 'edia las lenuas vern:culas aumentan en importancia, en fuer.a, en belle.a& La Canción de oland , que citaba hace un momento, no es m:s que
una prueba entre muchas otras de esa corriente profunda& Y un d(a apareció #ante, al que encuentro en este punto por lo que me parece la puerta rande& #e esa Divina Comedia tan amplia y viorosa sólo podemos pensar que surió de un proyecto de una fuer.a y una radicalidad iualmente notables& hora bien, est: claro que ese proyecto resultó de una toma de conciencia de las virtualidades poéticas de la palabra, el vocablo como tal, la palabra
tal como le permite ser al habla de cada d(a> y de su función posible dentro de una pr:ctica del mundo y una reeneración del esp(ritu que ser(an poes(a 3rediviva5& *as palabras en la Divina Comedia son la e"periencia primera, omnipresente, siempre prioritaria& Y esas palabras son también, sin dudas, plenamente las de la lenua vern:cula, que #ante propuso e"pl(citamente como el luar de la poes(a en sus escritos teóricos& 9ntendamos bien en qué consiste su pensamiento& -odr(amos creer en efecto que el autor del Convivio o del De Vulgari Elo&uentia no de6a de tener raves reservas contra la lenua que se habla a su alrededor& Sabe +y es el primero que lo dice en su silo con una claridad admirable+ que el lat(n, esa 3rammatica5 que imaina %6a e incorruptible, en adelante ya no tendr: otras potencialidades que las de formular el pensamiento abstracto, pero observa también que la lenua que la nodri.a le enseña al niño es !uctuante, contradictoria, variable adem:s de una reión a otra> y para la ran tarea que constituye la poes(a pareciera que le opone un 3vular ilustre5, o diamos m:s bien ilustrado e iluminador, que podr(a creerse que es preciso buscar en aluna parte dentro del espacio italiano tal cual e"iste& -ero esa .ona ser(a evidentemente inhallable, y hay que entender me6or lo que sini%ca para #ante, y que me parece evidente$ a saber, que el poeta no tiene para nada en mente otro idioma que el suyo propio, ni tampoco, a pesar de lo que dia, determinadas palabras y no otras dentro de éste, sino otro nivel del habla& 9l vular ilustre, el vern:culo capa. de verdad, son las palabras tal y como se revelan en la profundidad del poema, vale decir, las palabras ordinarias pero cuando han sido liberadas por un ran poeta de las desviaciones a que las somete el uso por parte del pensamiento conceptual$ y que entonces tienen sabor, o aroma, aunque los perder:n r:pidamente si se intenta de nuevo emplearlas en la formulación, en un decir& Ln rieso que ser: también el que
#ante habr: de vivir en su Divina Comedia, y con el cual formar: tal ve. el n8cleo mismo de su pensamiento dentro de esa obra& *as palabras que #ante eliió, las que utili.a y preservó para nosotros en un te"to de una sorprendente modernidad, son en verdad las de la lenua que se hablaba en su ciudad, en su reión, son también adem:s las palabras de los condenados a los que escucha, atento a sus maneras de e"presarse& unque pueda inventarlas, para llear al fondo de sus intuiciones, siempre volver: a abastecerse en las de su e"istencia cotidiana& #ante verdaderamente comprendió y quiso que las palabras de su lenua fueran los vectores de su poes(a, aun cuando sabe que no podr:n serlo sino en una profundidad del te"to a la ve. presente e inaccesible, el fondo de cisterna del 3hueco siempre futuro5 que hay en todas las lenuas, incluso en los menores dialectos& Y hay una prueba de que fue as(, de que situó en la lenua ordinariamente vern:cula, por as( decir, el luar de la invención poética, y es su pr:ctica del verso& *a otra ran elección de #ante, su otra innovación radical, la 3ter.a rima5 es en efecto lo que me6or pod(a favorecer en cada palabra el paso de lo conceptual a lo transconceptual, de lo formulable a la apro"imación de lo transdecible, que es el proyecto de la poes(a& ;-or qué< -orque las palabras de la poes(a no desinan ideas de cosas, esencias, establecidas en la eneralidad y lo intemporal, sino e"istencias, encontradas en el tiempo de su %nitud, y est:n penetradas de tiempo$ y bien, en la 3ter.a rima5, ya el verso, el endecas(labo cuyo 8ltimo pie apenas toca el suelo, se corta de diversas maneras casi necesariamente asimétricas +por e6emplo 1HR en el primer verso del poema, o incluso HT en el 8ltimo del quinto canto del In'erno+, y la asimetr(a es una e"periencia del tiempo, por la supresión del equilibrio entre los dos hemistiquios que a(sla al ale6andrino, en cambio, de los a.ares del mundo e"terior& 9n el verso de #ante las formas verbales sucesivas est:n siempre en posición
inestable, son por lo tanto la duración donde se tropie.a y no lo intemporal que inmovili.a, y eso es devolverle su dimensión temporal, su %nitud a cosas a las que el concepto imped(a estar inmersas en el tiempo& 9l verso en la 3ter.a rima5 con%rma la decisión de #ante de hacer poes(a con la palabra ordinaria& Y la misma estrofa retoma y acent8a esa e"periencia del tiempo compensando el tropie.o de los versos mediante la evidencia de una continuidad entre uno y otro que nada desarra, y que va derecho hacia adelante, salvo que no sabemos hacia dónde, puesto que no hay ra.ones para que una nueva estrofa de6e de enancharse aluna ve. en la anterior& 9n la e"periencia incesantemente recomen.ada de la %nitud humana, la naturale.a misma de la 3rima tercera5 es as( el llamado de un in%nito por delante, de tipo desconocido, misterioso$ ya que el lector medieval sab(a por instinto, su visión del cosmos se lo dec(a al iual que nuestras matem:ticas modernas, que las l(neas rectas se curvan cuando tocan el in%nito, se tornan c(rculo, esfera, es decir, una cifra de lo absoluto& N@ué e"traordinaria estrofa, la 3ter.a rima5 N9s el pulso del ran relo6 que reula a la ve. el devenir humano e 3il sole e lUaltre stelle5 Y en ese !u6o que sentimos que pasa en cada palabra, la asonancia, la aliteración no pueden entonces sino e6ercer de inmediato todas sus posibilidades$ son los remos que impulsan el habla de #ante hacia su porvenir en la mente& itando el sonido de las palabras, haciendo que se muevan sus resplandores& -ermitiendo que tres o cuatro randes palabras por verso, rara ve. m:s, se rearupen en los muelles de lo absoluto como barcos acerc:ndose al puerto& *a invención de la 3ter.a rima5, asociada a la lenua vern:cula, constituye la enialidad de #ante, la superación, de un solo olpe, de la dominación de la retórica sobre el habla, y es incluso una cr(tica decisiva de la poes(a latina en este caso, cuyos metros comple6os
capturaban el tiempo de la vida entre las redes de un e"ceso de arte$ como en la muerte de #ido, en la Eneida. 9n efecto, señalémoslo& 9l 3quel Mirilio5 de #ante en el momento del encuentro, por cierto, est: claro que es un rito de reconocimiento, la e"presión de una ratitud, Mirilio es en verdad la 3fonte5, su 3laro %ume5 es la poes(a misma, que penetra y fecunda el 3parlar5 del nuevo poeta& -ero éste no acepta sin embaro la forma prosódica del poema épico latino, pretende oponerle al verso de Mirilio, hecho para el m:rmol, participación en lo intemporal +en suma, paanismo+, una escritura informada en su mismo ritmo por el tiempo y su marcha, con sus a.ares, sus peliros, sus sufrimientos, sus esperan.as& eempla.ar: el relato distante de #ido y 9neas con su escucha alterada de 7rancesca y -aolo& #ante, la palabra informada por el tiempo inherente a lo que desina, la palabra en la que o(mos el tiempo, la palabra devuelta as( a su ran posibilidad, la palabra m:s profunda que la frase en el centro de la escritura& 9sto es lo que me parece el acontecimiento esencial de la revolución que produ6o esa obra e"traordinaria& Y es lo que e"plica, me parece, la recepción que aquella tuvo a través de la historia& =an imprenada de su silo como lo estaba, la Divina Comedia casi no ten(a con qué despertar interés por mucho
tiempo en su pensamiento dif(cil y en sus %cciones desconcertantes& Bastante pronto en la misma Italia, en todo caso en el silo VMI, se cansaron de los meandros teolóicos del (urgatorio y del (araíso, y dudo que muchos lectores en el resto de 9uropa los hayan seuido paso a paso& Aubo laros momentos, por e6emplo en la época del clasicismo, en que #ante fue casi olvidado& -ero sin embaro nunca fue percibido sino como un auténtico poeta, para nada como un teóloo& unque sólo fueran alunos versos, le(dos por a.ar, nunca de6aron de captar la mente de quienes tuvieron a través de los silos lo que se llama el sentido de la poes(a& Y veamos, pensemos en ello&
Cuando #ante se pierde de vista es en el momento en que la Contrarreforma ha asumido la palabra, es decir que mantiene a las palabras ba6o control, privando al esp(ritu de descender en ellas hacia un fondo donde se reencuentra lo terrestre, no las formas domati.adas de un verbo divino& 'ilton escapa de ese empobrecimiento del habla, acine también, cuya 7edra en su 8ltimo acto parece salir de la 3bufera infernal5, pero alunas mentes randes no bastan en aquellos tiempos para imponer a #ante en una sociedad cuyas palabras est:n domesticadas& Y cuando se redescubre la Divina Comedia, en la v(spera del romanticismo, es cuando se quiebran las
trabas que constreñ(an el vocabulario, y ovalis o Weats o Miny se ponen a escuchar la naturale.a, y Auo a escuchar las profundidades de la sociedad& #ante va a obsesionar pues a eneraciones que reeneraron el habla& ;@ué sini%ca eso< @ue no penetramos en su obra si no tenemos los medios para recuperar su principio activo, que es la escucha de las palabras& Y que basta entonces con alunos reta.os de te"to, donde alusiones e ideas han perdido muchos de sus colores, para que la poderosa espiral de la 3ter.a rima5 arrastre de nuevo a los poetas hacia la presencia por deba6o del concepto& #ante puede ale6arse, en muchos aspectos de su ran poema, pero no enve6ece, y es porque su decisión, seuramente histórica, asumir la lenua vern:cula, se ha transformado, por otra parte conscientemente, en un acto que vale para todos los tiempos, el acto por el cual la poes(a accede a uno, 3nel me..o del cammin5, aferr:ndose a la palabra como tal, 3e"cav:ndola5 como dec(a 'allarmé a propósito del verso& #ante no enve6ece porque es m:s radical e imperiosamente que nin8n otro ese e6emplo, que ilumina& Y por otro lado es un buen sino ver que actualmente pensamos en él& 9n efecto, pesa sobre nuestro silo otra temible 3rammatica5, el habla simpli%cada y trasnacional que la ciencia, la tecnolo(a, el comercio y las empresas de entretenimiento han puesto en circulación con apariencia de vida pero sin m:s acceso que el lat(n de
la época de #ante a la intimidad de la relación de la persona consio misma& uestras lenuas se ahoan& -odemos temer que mueran& Ya es tiempo de volver a nuestro vern:culo, a nuestro vular, a nuestro vular ilustre& Y por lo tanto resulta e"celente que se nos ofre.can ocasiones de pensar en #ante& IM *o que me lleva de nuevo naturalmente a ndré -é.ard, puesto que pensar en #ante hoy en 7rancia es tener que considerar sus traducciones, ya sea desde el punto de vista de su calidad, ya sea desde los problemas que plantean& =enemos que preuntarnos lo que puede hacer la época presente con el inmenso traba6o de restitución que publicó en la 3Biblioth4que de la -léiade5 el autor de Dante ba)o la lluvia de *uego y de tantas ediciones cr(ticas y de estudios
%lolóicos e históricos que hacen memorable su enseñan.a en el Coll4e& -ero en primer luar, ;cómo abordar desde un punto de vista teórico la dif(cil cuestión de la traducción de los poemas< *o que creo que puedo decir, aun en ese punto, es que la poes(a no es la enunciación soberbia o siquiera conmovedora de un sentimiento o de un pensamiento& o, m:s all: de las formulaciones conceptuali.adas +que permiten sini%car, describir, pero que también framentan los referentes, los sustituyen con meras %uras+, est: el alcance de la cosa o de la persona en lo que tienen de in%nito en su misma %nitud$ el :rbol, dec(a recién, ese :rbol sobre la ruta, aqu(, ahora, pero con todas sus ramas, todas sus ho6as& Ln alcance que modi%ca las palabras& @ue las convierte ya no en aquello que sini%ca, sino en lo que desina, lo que presenta& *os randes poemas siempre contienen esas palabras que van al ser mismo de lo que es&
*o que no impide que esa virtud se evapore, como un olor, un perfume, un sabor, si tomamos los vocablos en el poema en el nivel en que éste se ve obliado a usarlos para formular o describir& -ara preservar su aporte propiamente poético hace falta diriirse m:s all: de esas sini%caciones, saber que son pilares de un ser en el mundo y no los sini%cantes de un discurso, aunque fuese el producto de una sensibilidad de poeta& *o que es poes(a no puede hacerse discurso& o podemos desplear un capullo de rosa sin destruirlo& Y con esa evidencia en mente es preciso plantear la cuestión de la traducción de poemas& 9st: claro que si pretende a su ve. ser poes(a, lo que importa es en primer luar esa interioridad de la palabra, que hace falta que el traductor procure mantener viva& -ero, ;cómo hacerlo y en primer luar cómo percibir dentro del te"to aquello por lo cual unos vocablos se apartan de su condición ordinaria de simples portadores de nociones f:cilmente intercambiables< N@ué dif(cil preunta Ciertamente hay usos de palabras que de6an ver que lo que est: activo es la mirada profunda, porque se desv(an de las sini%caciones a la manera en que los caminos se pierden en el !anco s8bitamente abrupto y enmarañado de las montañas& *as palabras se prestan entonces a im:enes que no dicen nada, o que antes bien desinan m:s r:pido y m:s fuerte de lo que dicen& O también, para permanecer m:s cerca de lo que siente como transdecible, el poeta habr: for6ado neoloismos, como el célebre 3indovarsi5 de #ante, casi en las 8ltimas l(neas del (araíso, un verbo que revela adem:s en su aspecto m:s esencial el movimiento propio de esa transresión de los conceptos& 3Indovarsi5 es lan.arse hacia adelante, de olpe, en el 3dove5$ un 3donde5, aqu(, ahora, que no es m:s que su aparición liberada de toda %ura, que es la presencia misma m:s all: de las nociones y de las imainaciones mediante las cuales se pretender(a decirla&
Ln vocablo cautivador, N5indovarsi5 -ero, ;qué venta6a le aporta al traductor el hecho de haberlo percibido en el te"to< 9se verbo fue producido en la cumbre de un verso por un impulso de todo el ser de #ante que entonces totali.aba, de una sola ve., todas sus e"periencias de todos los dem:s términos de su lenua& 9n cada uno de ellos, la supresión relativa de su abstracción le valió al poeta terminar d:ndole forma a esa palabra nueva, donde la superación de la sini%cación ordinaria no impide, subrayémoslo, que éste sia presente, puesto que 3indovarsi5 es de todos modos una tentativa para decir lo que #ante sabe que no podr: ser& Y si un traductor se dispone a verter ese verbo directamente, tratando de producir un equivalente sencillamente por medio de una re!e"ión en ese espacio entre sini%cación y presencia, seuir: estando en su propio vocablo en lo que sólo ser: su sini%cación, habr: perdido el contacto con la intuición, el empu6e, la e"periencia casi directa que hab(a creado 3indovarsi5& o, lo que es preciso que haa el traductor, en su propia lenua, con sus propias palabras, sus propias e"periencias, y los ritmos que le son propios, es retomar en su orien ese movimiento de transresión de la palabra en la palabra que reali.ó el poeta& ecomen.ar en su propia conciencia, movili.ada en todos sus niveles, recordando todas sus épocas, lo que #ante vivió e hi.o de manera similar& un recordando situaciones y concepciones que le pertenecieron a #ante, aun hablando de aquello de lo que habla su poema, le har: falta tratar de reiniciar, en su propia persona, en su propio vern:culo y también con su propia m8sica, el movimiento por el cual #ante hab(a intentado a su ve. diriirse m:s all: de la sini%cación, aunque permaneciera preso de ella& Ln traba6o de traductor en uno mismo, una empresa paralela a la que el autor llevó adelante pero que no se lorar(a sino en alunos puntos& Ln traba6o que comien.a as(, en nuestro tiempo, nuestro
mundo, muy le6os de la obra que hay que revivir, lo que condenar: al traductor m:s cuidadoso de la obra primaria a muchos desv(os en esa v(a supuestamente paralela& -ero que no de6a de ser la 8nica decisión concebible cuando se trata de poes(a& ;*a 8nica< unque por desracia es muy rara ve. transitable, y que es incluso, por supuesto, imposible, cuando uno asume la tarea de traducir no simplemente alunos versos, sino cantos enteros o el con6unto de la Divina Comedia& 9se recomien.o que preconi.o puede considerarse en efecto, se lo puede intentar, cuando el poema que se ha de traducir es corto, y por ende el material que ha sido ob6eto de la transmutación consiste en pocas e"periencias, pocos vocablos, un soneto de -etrarca, diamos, cuyas circunstancias simples y cuyas ideas tienen equivalencias en todas las vidas& 9ntonces el traductor podr: verdaderamente sumerirse en s( mismo, sin e"ceso de utop(a podr: pedirle a la prosodia de la que es capa. que despe6e en sus propios versos la misma apro"imación a lo transdecible que el poeta anterior intentó& Incluso en #ante, podemos soñar as( con traducir la Vita Nuova.
-ero hay que ser menos ambicioso con la Divina Comedia& 9n ese poema inmenso, hay demasiadas situaciones tan concretas como incontrolables que van a cerrar el paso& Y hay demasiadas paradas obliadas en especulaciones de teóloos que no podemos revivir en nuestra época& Y el buen método en tal caso, el bueno e incluso el 8nico, ser: dar testimonio de la poes(a sin %nir que se la traduce por medio de apro"imaciones literarias que no har(an m:s que traicionarla, y de la peor manera puesto que dar(an una idea falsa sobre ella& 9l buen método ser: atenerse a esas sini%caciones sin n8mero, en los tres libros, que la mayor parte del tiempo sólo podemos constatar y no adueñarnos de ellas, y seuramente de una manera tan estricta como
sea posible, porque eso implicar: permanecer en contacto con aquello de la emoción de la poes(a que de todos modos se de6a percibir dentro de unas sini%caciones& 9l buen método, lo dio claramente, ser: renunciar en esa ocasión, por cierto que no a la sensibilidad poética, sino a esa mayor altura que mencioné como la ambición de la poes(a, y en primer luar consistir: en no imitar los metros del poema oriinal, como si todav(a estuviéramos en condiciones de recomen.ar la relación de este 8ltimo con su prosodia& S(, renunciar a ese man(%co y ran verso de #ante que, en el plano en que hay que preservar la sini%cación, sólo dar(a luar en francés a penosas situaciones de a6uste del contenido a la forma& Y traducir en la lenua de nuestro tiempo, por supuesto& *a 8nica que le conserva a nuestro intelecto todos sus medios de an:lisis y le aranti.a pues comprender el pensamiento teolóico o %losó%co o pol(tico de #ante, y situarlo as( con respecto a nosotros& ;9se método< Ln ran aporte de todos modos& #ante escritor, pensador, y con él un silo, un momento esencial de nuestra historia& 'e alera ver que esa es la manera de leer y de obrar que eliió Pacqueline isset en su bien conocida traducción& M -ero no fue lo que hi.o -é.ard o, en todo caso, no aceptó hacerlo sin concederse libertades que sorprenden, y que nos privan de informaciones y de interpretaciones que hab(a sabido descubrir y que quiso inscribir en su te"to& 9l asombro que suscita la traducción de -é.ard no es tanto porque haya escoido observar escrupulosamente la forma del verso y de la estrofa de #ante, lleando hasta proclamarse orulloso de obtener en su francés la misma cantidad de s(labas que en el te"to italiano& 9sa decisión de calcar una prosodia es frecuente en la historia, arruinó muchas traducciones de ShaXespeare, y se e"plica
f:cilmente, no es m:s que el efecto en el traductor de una idea de la obra tomada de la tradición retórica, que considera que los poemas son ob6etos verbales, que se fabrican adecu:ndose a relas& -or añadidura, -é.ard ten(a buen o(do y no de6a de lorar con bastante frecuencia decas(labos que tienen entonces el encanto y la ravedad naturales de ese verso, que es muy superior en fuer.a y en verdad al ale6andrino, que escoieron otros& -odemos o(r cómo vive el verso reular en el In'erno o en el (araíso de -é.ard y de6arnos apartar as( de los a6ustes del contenido a la forma que recién denunciaba, una acrobacia clandestina en lo que debiera ser el traba6o m:s serio del esp(ritu& Y a la cual, por desracia, no de6a de dedicarse& -ero también sucede que esos a6ustes se oculten, al tiempo que se facilitan, por el !u6o incesante de las invenciones de -é.ard esta ve. en el plano de las palabras y de la sinta"is, y entonces, Nqué sorpresa, que pronto vira a la reprobación entristecida 9se traductor que pretend(a ser tan riuroso y e"haustivo como fuese posible no consideró su%ciente la recreación en francés de la sini%cación del te"to sólo con nuestras palabras actuales& Como era un ran %lóloo, muy informado sobre el sentido de las palabras toscanas de #ante y de su contenido de pensamiento, pudo percibir la distancia que nos separa de ese italiano medieval y, en mi opinión e"aeradamente, trató de salvarla de una manera diferente& Y aparecieron sus famosos arca(smos y neoloismos& -é.ard observó f:cilmente que muchos vocablos de #ante ten(an en su misma obra y para su época aspectos inusuales, y aun una fundamental rare.a& Y debido a ese hecho, inneable, creyó estar autori.ado para llenar su traducción de palabras altamente inusuales, a veces totalmente inventadas, y casi siempre muy raras& rca(smos totalmente anacrónicos y neoloismos tanto m:s enañosos en la medida en que se basan en nuestra lenua de la 9dad 'edia& ;9s preciso dar e6emplos de esa actividad incesante< 9n materia de sinta"is, traduce 3an.i5 por 3ain.5, auda.mente tomado del habla romana& 9n materia de vocabulario, el
admirable 3leiadria5 de los tiempos del 3dolce stil nuovo5 se transforma en !l+gerie% ,# 3immeliare5 se torna 3emmieudrer 5, %ura 3avaler% - por 3ba6ar5, 3templado5 por 3armonioso5& ;Y qué son !breuil%# !chevance%# !consorce%# !hutin%# ! luiserne% < Y qué decir de
las transformaciones de los nombres propios$ Cimabue se convierte en Cimebeuf, iotto en eotton, y la misma Beatrice, la encruci6ada de tantas imainaciones y sueños de Occidente, se vuelve una 3Biétris5 seuramente m:s f:cil de encerrar en un verso& @uedamos sorprendidos, y -é.ard no puede desconocer nuestro asombro, toma ese rieso asumiendo una responsabilidad& nuncia, en su ran 3dvertencia5 a las Obras completas, que reinventa palabras que, al ser poco familiares, 3de6an as( un poco de vac(o a su alrededor, y tal ve. confusión en nuestras mentes5& S(, pero es entonces cuando se muestra lo que podemos llamar su error, que afecta a la obra misma de #ante, y en lo que ésta tiene de m:s esencial& -é.ard asimila esa 3confusión5 que ser(a el efecto en su lector por los arca(smos que utili.a con la que e"perimenta el lector italiano de nuestra época frente al mismo te"to de #ante& 9scribe$ 3@uisiera trasmitir al p8blico francés DEF la misma impresión que puede suscitar en los italianos actuales el s8bito contacto con su vie6a obra maestra5& Impresión de una !otación en la percepción del sentido, una 3vauedad5 que él considera 3favorable para la poes(a5, Z eoloismo a partir de l+ger $ 3liviano, liero5& D=&F Otro neoloismo, derivado de un arca(smo !mieur% , que %ura en el *ittré como un campesino que hac(a a medias con otro una actividad relacionada con la seda& -odr(amos inventar su variante en español$ 3amediar5& D=&F [ *iteralmente$ 3traar5, seuramente aqu( usado en sentido etimolóico& D=&F R /reuil, se8n el *ittré$ tablas de madera o cerco de arbustos cerrado que sirve para uardar animales& Chevance0 bienes que se poseen en una ran6a& Consorce0 sociedad& "utin$ obstinado, tena. \sólo se conserva como apodo de *uis V el Obstinado, también se8n *ittré]& Luiserne$ neoloismo derivado de luir \3brillar5]& D=&F
porque le brindar(a al te"to 3como una vestimenta del color del tiempo, como una bruma dichosa, que da la sensación de lo distante5, donde quedar(an sueridos 3relieves5, 3huecos5& Y entonces, area el traductor convertido en testio de su obra, se producir(a en el lector 3un deseo de comprender m:s5, 3una leve fermentación de curiosidad5& *lea a decir que una 3belle.a particular sure del espe6ismo, incierto para nosotros5, del pensamiento& 9 incluso cree que el mismo #ante no se near(a a esa clase de efecto de su escritura& Sin embaro, ;es en verdad as( como reacciona ante su 3vie6a obra maestra5 el lector italiano de nuestra época cuando es sensible, como hay que creerlo, a lo que se busca en poes(a< o, ese lector constatar: la palabra enve6ecida, pero dentro del !u6o que siue siendo considerable de las que todav(a le pertenecen& Y las tomar: a todas 6untas, y a todas ellas unas por medio de las otras, dentro del ran impulso que por la v(a de la 3ter.a rima5 inmediatamente pasible de ser reiniciada por él lo llevar: a los con%nes de lo que llamé lo transdecible en el poema, ese reborde del absoluto, ese polo que imanta y estructura todas sus partes y se e"presa adem:s como tal en las 8ltimas l(neas del (araíso& o es una 3liera fermentación de curiosidad5 lo que siente el lector, sino una necesidad de participación en un ran acto de conocimiento, con los medios para satisfacerla que le ofrece el te"to que puede leer& Y eso no es lo que podr(a hacer el lector francés que aceptara leer a #ante tal como lo tradu6o -é.ard& l toparse en un verso con !attremp+% o con !l+gerie% , se dirie al losario que obliadamente
-é.ard dispuso al %nal del libro, con m:s de quinientos términos, y se trata entonces de una discusión sobre la lenua francesa, antiua o reciente, es una discusión de lin)ista o de %lóloo lo que comien.a en su mente, manteniéndolo le6os de la b8squeda de poes(a pretendida en el te"to oriinal& 9l lector enañado es retenido en la
palabra francesa por el sentido que ésta tiene o que no tiene, en una sini%cación que se cierra entonces en su realidad le"ical& *o que para el lector italiano resulta marinal se torna para él un centro de atención& *o que comen.aba a ser en #ante una transresión de lo conceptual, alo poéticamente positivo, da luar en francés a una re!e"ión sobre lo conceptual en sus diversos matices& 9l lector de -é.ard tiene que pensar en la historia del francés y no en #ante> peor a8n, tiene que pensar en la lenua y no en revivir un habla& 9s arro6ado fuera de lo que es poes(a en el poema& #e hecho, en todas partes dentro de ese ran traba6o que pretende ser de una %delidad absoluta somos arro6ados hacia afuera de la obra que deber(amos leer, e"pulsados de todos los niveles de los que se compone& 9se velo denso y ceñido de vocablos m:s o menos inotos tiene por efecto situar el te"to le6os de nuestra vista, en un mundo que sin embaro no es la =oscana de #ante ni tampoco la 9dad 'edia francesa de la que -é.ard tomó o creyó tomar tantas cosas& ;#ónde es entonces que vive esa traducción sinular< ;9n dónde est:< ;9n qué pa(s desconocido< ;caso no es esta misma preunta la me6or respuesta al asombro que causa ndré -é.ard arrastrando a #ante con tanto respeto y falta de respeto en los meandros de ese te"to que no podemos leer actualmente sino por s( mismo, como solamente 3de -é.ard5< Sorprenderse, sonre(r a veces, irritarse a menudo, no es en absoluto alo que hubiese detestado que hiciéramos, a causa de fallas y defectos en su te"to que no dudo que se hubiese neado a admitir con uñas y dientes& -orque lo que pretendió hacer, ciertamente que sin darse demasiada cuenta, fue precisamente lan.arnos tan le6os de la Divina Comedia como fuera posible, fue conservarla sólo para s(, fue poder imainar que estableció con ella una relación tan (ntima que se confunde con ella en todos los términos que se le asocian, en resumen, fue ser de
nuevo su autor en una lenua que ser: el 8nico, y tanto me6or, que podr: leer& ndré -é.ard quiere a #ante para s( mismo, quiere ser #ante 3redivivus5& tal punto lo quiere que no se preunta si esa apropiación que le llevó tantos años le aranti.ar: a un ran poeta poder hablar en otra lenua o diriirse a otro silo& Y esa ran desenvoltura muestra pues cómo una traducción puede volverse traición& -ero también hay alo que qui.:s e"plica, querido Carlo, por qué -é.ard, que irrita, despierta también a veces nuestra simpat(a& 9se ran historiador amó a #ante hasta el punto de no pensar en nada m:s que en él, no ver en todo y por todas partes otra cosa que él, hasta querer ser uno con él& Su locura es una forma de afecto& -ero el afecto, un afecto tan intenso, es alo raro, que puede complacernos ver que se vive en una biblioteca de %lóloo, aun cuando se les conf(e a otros la ran tarea, tan necesaria, de proporcionar un #ante en francés leible&